Mi trabajo en el proyecto del Fondo de Impacto para las Artes en los últimos cinco años me ha conferido muchos privilegios. Uno de los más grandes y gratificantes es contar con personas fascinantes de todas las latitudes interesadas en la historia que tengo para contar. Como iniciativa que fue posible gracias a la visión y ambición del Consejo de las Artes de Inglaterra, una entidad pública de financiamiento, nos hemos comprometido desde el principio a compartir nuestros aprendizajes, al igual que a cosechar los frutos de un diálogo abierto y honesto con otras entidades de financiamiento, profesionales y aquellos encargados de formular políticas en el campo. Es imposible desarrollarse sin escuchar, y es difícil evolucionar si no se tiene una actitud abierta respecto de los errores propios. En este espíritu de abierta humildad, pude construir relaciones con personas notables con el objeto de conectar capitales en busca de impacto y oportunidades que impulsen el impacto en los sectores del arte, la cultura y el patrimonio y las industrias creativas más amplias. Todos tenemos el mismo objetivo: garantizar que se pueda estructurar capital de impacto para respaldar la economía creativa más amplia y crear un ecosistema de financiamiento a medida, constructivo, sostenible y dinámico. Esto brindará una base sólida de apoyo a artistas, creativos, organizaciones, comunidades, y permitirá crear obras audaces, dinámicas e innovadoras que promuevan su medio a la vez que reflejen, desafíen y hasta cambien el mundo que nos rodea.
Mi sentimiento de humildad proviene de reconocer el gran viento de cola que tuvimos al establecer el Fondo de Impacto para las Artes. El Consejo de las Artes de Inglaterra aportó la experiencia y el know-how del sector a fin de suministrar una base informada, pero también la visión, imaginación y osadía de considerar hacer algo realmente diferente. Nuestra asociación con la Fundación Esmée Fairbairn también fue invalorable. Uno de los verdaderos pioneros de la inversión de impacto social en el Reino Unido, la fundación fue una entidad de financiamiento dedicada que otorgaba subvenciones a las artes y que ya hacía inversiones de impacto en el sector. Una de esas inversiones fue su instrumento pionero de transferencia para las artes, que permitió a compañías teatrales más pequeñas, tales como Headlong y el Almeida, tomar el riesgo de transferir sus propios espectáculos al West End y, por lo tanto, beneficiarse del potencial de incremento de los ingresos sin tener que asumir un riesgo financiero potencialmente devastador. Al encontrar menos oportunidades de inversión en las artes de lo que se había anticipado, la fundación había estado considerando el establecimiento de un prestamista especializado en el sector. La tesis era que esto podría hacer que más organizaciones relacionadas con las artes se animaran a invertir, y se generara una masa crítica, un mayor conocimiento y una creciente aceptación del financiamiento cancelable en busca de impacto como una herramienta para el desarrollo organizacional en el arte y la cultura. Nesta, que ya era conocida por su investigación innovadora en las artes y la economía creativa, escribió un informe, The New Art of Finance, en el que se examinan los futuros modelos de financiamiento para las artes y se explora la idea de un mecanismo de financiamiento específico del sector, así como también la contribución al fondo con su propia dotación. La Oficina del Gabinete del Gobierno del Reino Unido, que había realizado trabajo teórico sobre fondos estructurados, combinando capital público, privado y filantrópico con riesgos y expectativas de retorno variables, deseaba contar con un ejemplo práctico real, e introdujo al Bank of America, que cuenta con una historia sólida de financiamiento a las artes y un experimentado departamento ESG, así como también expertise en financiamiento para desarrollo de la comunidad, que se tornó increíblemente valioso al lanzar el fondo. Trabajamos para equilibrar las distintas expectativas de cada inversor en lo que respecta a despliegue y perfiles de riesgo de sus respectivas inversiones, junto a la consideración del costo de oportunidad de su capital. El diseño cuidado y cooperativo del fondo garantizó que el todo fuera más que la suma de las partes.
Una lección clave extraída de la fase de creación es la importancia de no buscar la perfección. Existe un costo de oportunidad de impacto directo respecto del tiempo invertido en la etapa de estructuración o planeamiento teórico, además de la demora de impacto causada por el due diligence y proceso de implementación. Aún con tasas de interés en mínimos históricos, el valor tiempo del impacto nunca ha sido mayor. Fuimos afortunados de contar con el fuerte respaldo y compromiso de todos los socios, incluso al ingresar en la complicada etapa de negociaciones legales. Nuestros inversores estaban deseosos de modelar, a través de sus propias acciones, exactamente el tipo de toma de riesgo creativo que esperamos ayudar a que logren las organizaciones con el capital suministrado por el fondo, si bien del lado opuesto de la mesa.
Aún más crucial, teníamos un grupo de inversores comprensivos que estaban motivados, por consenso, para crear un financiamiento flexible adecuado para el mercado que esperábamos construir. Esto significaba que, al construir un modelo financiero, pudimos trabajar hacia atrás partiendo de los principios que nuestra investigación indicaba que estimularían la demanda (tasas de interés bajas, términos flexibles, ausencia de penalidades por pago anticipado) y deducir de allí los términos que el fondo, a su vez, establecería con los inversores. También tuvimos que lograr un equilibrio entre la minimización de los costos operativos de esta operación de fondos subescala, lo que logramos en parte a través de un subsidio directo proveniente del Consejo de las Artes de Inglaterra y la Fundación Calouste Gulbenkian, y en parte a través de la limitación del fondo a préstamos más grandes de entre £ 150.000 y £ 600.000. Se trató de una decisión pensada y a largo plazo que reflejaba nuestro deseo de crear un mercado de financiamiento que fuera verdaderamente positivo –que funcionara para los inversores (que reconocieron su mayor flexibilidad) y para las organizaciones que deseábamos respaldar. Después de todo, si estructurábamos los productos de préstamo de un modo que no funcionara para el mercado final, no solo habríamos minimizado nuestra adicionalidad respecto del financiamiento bancario, sino que además podríamos haber condenado el proyecto al fracaso al no optimizar las condiciones para un rápido despliegue del capital, a niveles de riesgo adecuados.
Nadie quería que el proyecto fracasara. En la actualidad, se espera que los inversores originales obtengan los retornos que suscribieron, aún a pesar de la pandemia en curso que reduce y consume las capacidades de generar ingresos por parte de las organizaciones de artes escénicas de todo el mundo. Pero no se trata solo del dinero o del impacto de las inversiones que hacemos mediante el fondo. También hemos recibido inversiones de tiempo, buena voluntad y expertise considerables de parte de los socios fundadores, el gran grupo directivo inicial, y todos los expertos a los cuales hemos consultado, ya sea formal o informalmente, a lo largo de los cinco años desde que se lanzó el fondo. Esta es la responsabilidad que tenemos y el legado que reconocemos. Si bien no podemos afirmar un éxito inequívoco hasta que los préstamos hayan sido cancelados al fondo y el fondo haya entregado los retornos esperados a sus inversores, no hemos dejado de rendir cuentas (y de mantener el compromiso de nuestros inversores), incluyendo a todos los inversores en el comité de inversiones. Esta estructura de gobernanza ha dado a nuestros inversores, y a nuestros tres miembros independientes que son indispensables, un panorama claro de la cartera a través de reuniones regulares e informes individualizados que brindan mayores detalles sobre los riesgos específicos para la inversión de cada inversor, diferenciados según temporalidad y antigüedad. Todos los socios han estado plenamente comprometidos con este enfoque de gran respaldo/ gran desafío, que fue esencial para nuestro desarrollo cuando establecimos los procedimientos y las prácticas de nuestra operación crediticia personalizada.
Logramos el despliegue total del Fondo de Impacto para las Artes piloto de £ 7 millones en 2019, luego de un período activo de inversión de algo más de 2,5 años. Esto representó 27 préstamos, y préstamos extendidos al sector por un total de £ 8,8 millones, lo que refleja algún reciclaje de los préstamos cancelados total o parcialmente antes de que cerráramos el período de inversiones. La mayoría de los tomadores de deuda eran instituciones registradas sin fines de lucro, y hubo un predominio de organizaciones en Londres y el sudeste de Inglaterra, probablemente debido a la ubicación de nuestra oficina y la capacidad limitada del equipo del fondo (equivalente a dos a tres personas a tiempo completo a lo largo del período de inversiones). Las organizaciones de la cartera abarcan un rango diverso de formas de arte/áreas de actividad primarias y modelos de negocio, y tenían como objetivo resultados sociales positivos. Otorgamos un préstamo de £ 250.000 al Museo y Centro Nacional del Holocausto en Nottinghamshire para ayudarlos a invertir en un joint venture que vinculaba la proyección holográfica con el procesamiento de lenguaje natural a fin de ayudar a preservar a perpetuidad la experiencia de conversar directamente con un sobreviviente del Holocausto. Las ganancias del proyecto comercial, el Forever Project, se reinvertirán en el centro para ayudarlos a continuar con su labor educativa. También hicimos posible que Fuse Arts Space, una organización para las artes con base en Bradford que trabaja con refugiados, adquiriera una propiedad en el sur de Francia donde lleva a cabo programas cortos de residencia que presentan a artistas de alto perfil, quienes a menudo continúan su trabajo con la sede de Yorkshire.
En el pasado la escasez de capital de riesgo no solo había impedido que las organizaciones hicieran este tipo de desarrollo de negocios, sino que las había desalentado hasta de pensar de este modo. Buscar y asignar fondos proyecto por proyecto, operando al día en el umbral de rentabilidad, va en contra de una mentalidad estratégica, y este es uno de los desafíos más apasionantes que enfrentamos. La oportunidad de realizar una inversión interna genuina hacia el futuro de la organización resulta estimulante, ya sea que la idea provenga de un pasante brillante, un ejecutivo frustrado o un miembro del directorio que haga conexiones al azar, y contar con el capital adecuado disponible para hacerlo abre horizontes de posibilidades jamás imaginados. Sin embargo, traducir esto a la realidad significa contar con un prestamista que pueda aportar paciencia, comprensión y apoyo para lograr un cambio drástico junto con su capital.
Junto con la inversión del Fondo de Impacto para las Artes, habíamos estado emprendiendo el desarrollo de nuestro propio negocio para establecer a dónde llevaríamos el proyecto a continuación. Nuevamente, esto lo hicimos con una visión plena del mercado y con la colaboración de nuestros inversores originales. Todos nuestros socios fundadores se comprometieron a invertir en un fondo complementario, junto con tres inversores adicionales importantes, y este año logramos un primer cierre del Fondo de Impacto para las Artes y la Cultura de £23 millones. Entre los cambios importantes a la estructura, basados en nuestro aprendizaje resultante del fondo piloto, se incluyen un plazo más prolongado de cancelación a fin de aumentar la asequibilidad para los tomadores de deuda finales; la introducción de gastos de gestión (a menudo agregados al saldo del préstamo) a fin de garantizar que nuestros tomadores de deuda estén comprometidos y mejorar el aspecto económico de nuestras operaciones; y la introducción de préstamos garantizados, donde la garantía se encuentra disponible (a menudo en forma de un cargo secundario o de menor prioridad), a efectos de extender el préstamo máximo hasta £ 1 millón sin generar distorsiones incómodas en el riesgo de la cartera. También planeamos hacer inversiones en las naciones descentralizadas de Escocia, Gales e Irlanda del Norte; en un espectro más amplio de industrias creativas; y en más proyectos relacionados con el patrimonio; así como también utilizar la capacidad adicional proporcionada por la escala del fondo para intensificar nuestra construcción de relaciones y llevar el desarrollo fuera de Londres y el sudeste.
Mientras tanto, al darnos cuenta tanto por nuestra propia experiencia y por nuestra base de datos de encuestas, como por algunas investigaciones de mercado que encargamos, de la existencia de una demanda significativa de préstamos más pequeños, garantizamos financiamiento de parte del National Lottery Community Fund y Big Society Capital a través de Access – la Fundación para Inversión Social para lanzar el Fondo de Desarrollo de Impacto Cultural. Este fondo nos ha permitido ofrecer préstamos de entre £ 25.000 y £ 150.000, así como también extender nuestra oferta más ampliamente a todas las industrias creativas (por ejemplo, moda y arquitectura). También nos ha permitido ajustar el foco para llegar a las organizaciones que brindan apoyo a personas y comunidades con las mayores necesidades, y más recursos humanos para desarrollar nuestro enfoque de gestión y evaluación de impacto, a fin de cristalizar no solo lo que esperamos que las organizaciones puedan demostrar en términos de su impacto social positivo, sino también el modo en que podemos ayudarlas a articular, desarrollar, reiterar y redoblar esto.
Una de las primeras inversiones que realizamos mediante el Fondo de Desarrollo de Impacto Cultural fue InHouse Records, el primer sello discográfico plenamente funcional del mundo lanzado en prisión. Nuestros £ 77.000 permitieron que la organización desarrollara caminos de progreso fundamentales para los graduados del trabajo de la organización en prisión al ser liberados. Durante el transcurso de nuestra relación, InHouse ha demostrado visiblemente no solo su profundo compromiso con la misión, sino también su agilidad y adaptabilidad como organización cuando golpeó la pandemia.
Al inicio de la cuarentena, los prisioneros pasaban casi las 24 horas del día encerrados en sus celdas para proteger su salud, sin conexión alguna entre sí ni con el mundo exterior. Al verse impedida de tener contacto personal con los alumnos, InHouse rápidamente reformuló el uso de sus recursos dirigiéndolos a la producción de una revista de música de carácter educativo llamada Aux, cuyo objetivo es apoyar la alfabetización, el compromiso significativo y las aspiraciones positivas a través de contenido inspirador sobre creatividad, creación de ritmos, producción, cultura y carreras de la industria de la música. En junio de 2020, alcanzaba a 2500 personas por semana en siete prisiones del Reino Unido. El impacto no siempre sigue al dinero de modo directo: las actividades de impacto a menudo pueden absorber más flujo de dinero que el que generan. Las oportunidades de subsidios cruzados son bienvenidas: aquellos donde la mayor parte del impacto positivo esperado fluirá no directamente desde la inversión misma sino, en cambio, a su debido tiempo, de los ingresos generados por la oportunidad específica en la que invirtió el fondo, tal como un local de comida y bebida o la licencia de activos digitales. A fin de estimular estas oportunidades, ponemos la mirada en el impacto en un nivel organizacional antes que limitar nuestra evaluación de impacto al uso directo e inmediato de los fondos.
A lo largo de esta travesía, hemos sido extremadamente conscientes de nuestro papel de administradores de capital de impacto. Nuestros inversores han señalado que acuden a nosotros no simplemente para proteger su capital (mirada hacia adentro, bien privado), sino también para proteger el impacto social positivo (mirada hacia afuera, bien colectivo). Si la inversión de impacto debe diferenciarse de vehículos de inversión tradicionales, es nuestra responsabilidad garantizar que nuestras decisiones de inversión se fundan en un nivel razonable de confianza de que van a tener un impacto social positivo, así como también hacer un seguimiento, probar y mitigar los riesgos de este impacto durante el plazo de la inversión. En nuestra posición de gestores de inversión social, tenemos una oportunidad única de promover, normalizar y cultivar una buena práctica de impacto entre las organizaciones de nuestra cartera, así como también en el sector más amplio de las artes y la cultura. A lo largo de los años, hemos reiterado y desarrollado nuestro enfoque para ayudar a las organizaciones a planificar, entregar, evaluar y mejorar continuamente el enfoque que utilizan respecto del impacto. Ahora contamos con un marco bien desarrollado que usamos en nuestros fondos para evaluar de modo crítico el potencial de impacto de cada organización que consideramos para invertir según sus riesgos de impacto y retornos de impacto, y trabajamos con cada uno de los beneficiarios de nuestras inversiones para crear un plan de desarrollo que consigne sus ambiciones y metas de impacto a lo largo de la vida de la inversión. En el Fondo de Desarrollo de Impacto Cultural, también somos pioneros en el uso de incentivos financieros, en forma de una reducción de los tipos de interés básicos, para impulsar el logro de las metas de impacto social. Se trata así de uno de los primeros fondos de inversión de impacto con una compensación clara entre retornos financieros y sociales.
En términos prácticos, un fondo de plazo fijo con un período de inversión cerrado no constituye el vehículo ideal para otorgar préstamos. Una consecuencia, por ejemplo, es que el dinero de los inversores se retira y se devuelve transcurridos períodos prolongados y de algún modo impredecibles, y existe un período limitado de extensión plena (en la que todo el dinero se invierte totalmente en el mercado que espera respaldar). Aceptamos dichas concesiones como necesarias. Dicho de modo simple, sin experiencia en el mercado como prestamistas, cualquier operación de préstamo estaría muy presionada para lograr una capitalización que respaldara préstamos recogidos en el balance. Aún con el Fondo de Impacto para las Artes totalmente desplegado, sin datos crediticios significativos sobre la cartera, y hasta tanto hayamos podido realizar un análisis exhaustivo para establecer y diferenciar las propiedades del mercado en particular (estructurales, de desarrollo y estacionales), y las fortalezas y desafíos de la operación de préstamo, la mejor manera de avanzar siempre iba a ser otro fondo como experimento posterior al piloto escalado.
No queremos limitar los aprendizajes de nuestros experimentos a nosotros mismos ni atesorar nuestro conocimiento para obtener un beneficio privado o limitado. La cooperación internacional y la replicación en diferentes mercados, con un enfoque sólido para determinar dónde se pueden trazar paralelismos y dónde no, redundará en un alto beneficio mutuo para el establecimiento de mejores prácticas en lo que respecta al otorgamiento de préstamos e inversiones en nuestro sector, en todo el mundo. Asimismo, dicha colaboración contribuirá a ganancias no lineales en utilidades a medida que los aprendizajes interactúen y se multipliquen. Este es el movimiento que esta iniciativa colectiva entre Arts & Culture Finance, Upstart CoLab y Fundación Compromiso pretende catalizar. Acogemos con profunda satisfacción historias, preguntas, dudas y apoyo mutuo de parte de todo aquel a quien estas reflexiones le toquen una fibra o prendan una chispa. El capital de impacto tiene un papel vital en la reconstrucción de un ecosistema de financiamiento sostenedor, dinámico y respetuoso que equipe a las organizaciones del arte y la cultura y a los artistas y profesionales creativos para que animen, iluminen y fortalezcan tanto nuestras economías como nuestra sociedad en este momento crucial de la historia de la humanidad.