Cómo puede la definición de creatividad de la generación Z revolucionar al sector creativo y cultural

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Los jóvenes se consideran creativos pero no sienten que las artes sean para ellos. ¿Cuál es la respuesta? Definiciones más amplias.

Nueve de cada diez personas de la generación Z en el Reino Unido se consideran creativas, pero con frecuencia los jóvenes no se sienten inclinados a involucrarse con organizaciones que se posicionan dentro del sector “de las artes y la cultura”, así perpetuando en las industrias creativas una fuerza laboral, una audiencia y un contenido homogéneos y poco representativos.

Beatfreeks es una agencia de relacionamiento y percepción que conecta a los jóvenes con las marcas, los gobiernos y los inversionistas para desatar la creatividad y cambiar la manera como funcionan las cosas. Una manera de lograrlo es trabajando creativamente con los jóvenes en sus propios términos mientras, en el camino, se solucionan problemas empresariales, se co-diseñan servicios y se crea contenido llamativo para las organizaciones.

En Octubre de 2020 hablamos con 2.000 miembros de la generación Z acerca de una amplia gama de temas como parte de nuestro proyecto National Youth Trends. La investigación abarcó todo desde las opiniones de los jóvenes sobre el sector del patrimonio en el Reino Unido hasta cuánto tenían ahorrado en sus cuentas bancarias. Una de las preguntas que les hicimos fue si se consideraban “creativos”, y el 90% dijo que sí.

Después de un año en el que el consumo digital global se duplicó, y el 99% de los jóvenes nos dijo que usan alguna forma de redes sociales, la amplitud y la profundidad de nuestro uso del internet sin duda ha jugado un papel en la forma como las generaciones jóvenes se perciben a sí mismos. En 2021 la creación y la curaduría ocurren en línea para la mayoría de la gente. Twitter es nuestra sección nueva y abierta a las contribuciones de comentarios satíricos. Instagram es una pasarela personalizada. TikTok es un programa de comedia corto, divertido y con un formato diseñado especialmente para su propia plataforma. La manifestación digital de la creación y el consumo proviene de nuestra comprensión histórica de los espacios creativos pero la lleva más lejos y, más crucialmente, la amplía.

Lo que pasa con TikTok es que es muy fácil crear un video […] por ejemplo, me toma una semana entera editar un video para YouTube […] con TikTok simplemente te grabas, agregas un poco de texto, lo haces divertido o como sea y ya queda ahí afuera, y logré ganar una pequeña audiencia. Creo que en este momento tengo 14.000, o sea que eso me sorprende mucho.

Josh | 18 | Birmingham

Ya no son solamente Gucci, Prada e YSL quienes pueden proyectar al mundo su visión de lo que es la moda contemporánea, sino también Lucy de Glasgow, Suki de Cardiff, Sean de Hackney. Todo es posible a través de medios que (a un punto que puede ser debatido álgidamente) nivela el terreno de juego, te da algunas herramientas y una plataforma y te dice: “haz lo que quieras”. Si bien no debemos ignorar la brecha digital en el Reino Unido, la creación de contenidos se ha convertido, de muchas maneras, en el canal más democrático que hemos visto a la fecha.

Esta comprensión más amplia de la creatividad que nos ha traído el mayor acceso a la creación de contenidos a través de los medios digitales, con frecuencia no se ve reflejada en la inclusión de los jóvenes en nuestro sector de las artes y la cultura. Una y otra vez encontramos en nuestras investigaciones que los jóvenes piensan que el sector no es un espacio para ellos como “creativos”, sino que está reservado para lo “artístico”. Creemos vehementemente que esto entra en contradicción tanto con lo que el sector quiere como con lo que los jóvenes disfrutarían (además de beneficiarse) si se involucraran en calidad de empleados, de audiencia  y de ciudadanos.

Nuestros hallazgos apuntan al hecho de que el sector de las artes y la cultura, al menos desde el punto de vista de muchos jóvenes y como mucho con respecto del funcionamiento interno del sector mismo, todavía está demasiado atado a las nociones tradicionales de lo que entendemos que son el “arte” y la “cultura”.

Twitter es nuestra sección nueva y abierta a las contribuciones de comentarios satíricos. Instagram es una pasarela personalizada. TikTok es un espectáculo de comedia corto, divertido y vinculado a su propia forma.

Según como la entienden los jóvenes en 2021, la cultura abarca todo e incluye cualquier cosa: desde el diseño de un espacio público, pasando por la forma como nuestros perfiles de marketing digital son mapeados, y llegando hasta el lugar en el cual tiene lugar una pieza teatral. Lo mismo pasa con el arte, que hace tiempo cruzó la frontera arbitraria que enfrentaba al “entretenimiento” con el “arte”. El arte es Netflix, son los NFTs, es el contenido. Resumidas cuentas, si el arte y la cultura tienen la intención de reflejar el mundo que nos rodea al tiempo que ostenta un poder suave sobre la dirección que tome la sociedad entonces, de acuerdo con la definición de la generación Z, el sector necesita ampliar su terminología.

Sí: soy una persona creativa. Soy menos un creador y más un curador. Puedo poner cosas juntas y así crear un significado más amplio. No soy un artista.

Anónimo | 19 | Croydon

A través de nuestro proyecto interno de investigación National Youth Trends nos proponemos apuntarle a ese punto óptimo de los artistas de emparejar nuestro contenido con nuestra forma. Estamos empoderando a los jóvenes para que tomen los datos que nos han dado (sobre cómo creen que deberíamos innovar, cómo definen los términos, lo que quieren ver cambiar, los asuntos que consideran importantes) y los presenten de maneras innovadoras, creativas y accesibles. Esto significa que a veces la generación Z presenta sus datos en forma de memes (ver el paquete de inicio para la generación Z en nuestro reporte Institutions of the Future), sus perspectivas en forma de Insta reels, o su autoetnografía a través de publicaciones reticulares.

Desde National Youth Trends y con miras al futuro estamos llevando esto más lejos; pensando cómo podemos convertir los datos de los jóvenes acerca de la creatividad, la cultura y el arte en comisiones creativas que incentiven a otros a asumir el reto de innovar para la democracia. Esto podría tomar la forma de un diseño colaborativo para un espacio urbano a través de la lente de sus jóvenes ocupantes, del manejo de programas de participación desde el principio por parte de los beneficiarios, de una interpretación más amplia de lo que llamamos arte y cultura para una generación que desde hoy ya está construyendo el sector del mañana.

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