Las historias que contamos

Desplazarse para leer

La Fundación Ford está movilizando el capital de impacto para alterar los espacios homogéneos del arte y la cultura.

Las historias que contamos y el arte que creamos nos ayuda a entender nuestro mundo y conectarnos con otros. Sin embargo, las historias que más oímos todavía favorecen y representan de manera desproporcionada a unos pocos privilegiados.

Esta disparidad no es tan clara en ningún lugar como lo es en Hollywood. Actores blancos se llevaron todas las nominaciones para los Premios de la Academia en 2015, inspirando el hashtag #OscarsSoWhite. Un año más tarde, la Universidad de California del Sur publicó un estudio que resaltaba que el problema de Hollywood iba más allá de la raza y la etnicidad y anotaba que “no solamente hay un problema de diversidad en Hollywood; hay una crisis de inclusión”.

Desafortunadamente, esta crisis se extiende más allá de Hollywood y alcanza a toda la industria cultural y creativa; controla el arte y los artistas a los que tenemos acceso, las narrativas que oímos y las noticias que recibimos.

Aquellos en posición de crear, dirigir y presentar arte, desde las películas hasta la televisión y de las galerías hasta los museos, con frecuencia tienen orígenes homogéneos y elitistas. No representan las perspectivas de clientes diversos y sus obras no reflejan los intereses y las preocupaciones de audiencias que incluyen a personas de color, mujeres, personas en situación de discapacidad, inmigrantes, espectadores LGBTQIA+ y más.

Al exaltar las voces subrepresentadas y silenciadas podemos darle impulso a las fuerzas que se enfrentan a las narrativas que socavan la justicia, al tiempo que dirigimos a las audiencias hacia verdades superiores

Pero en la Fundación Ford tenemos esperanzas de un cambio. Creemos que hay argumentos para que la inversión impulse el cambio, y usamos nuestro capital de Mission Investments para lograrlo.

Aquellos en quienes hemos invertido en MACRO, One Community, y ARTERNAL están alterando los espacios homogéneos del arte y la cultura. Estas organizaciones visionarias están ejecutando estrategias comerciales que impulsan un cambio social positivo en las artes; y su trabajo habla por sí solo.

MACRO, una empresa de medios que produce contenidos desde la perspectiva y la voz de personas de color, recientemente financió Judas y el Mesías Negro. Dirigida por Shaka King, una directora, guionista y produtora Afroamericana, la película cuenta la vida y el asesinato de Fred Hampton, el Presidente del Capítulo de Illinois del Partido Black Panther. La película recibió cinco nominaciones a los Premios de la Academia en 2021, incluyendo mejor película. Daniel Kaluuya ganó el Premio de la Academia como mejor actor de reparto por su papel como Fred Hampton.

Imagen fija de Just Mercy
Crédito de imagen: Warner Bros. Pictures

One Community, una compañía de co-financiación de cine y televisión creada para usar el poder de la narrativa como una herramienta para el cambio social, recientemente co-financió la película Respect. Con Jennifer Hudson interpretando el papel principal, la película explora la extraordinaria vida del ícono musical Aretha Franklin, cuyo legado de contribuciones sociales y cívicas es inmenso.

One Community y MACRO fungieron como productoras ejecutivas de Just Mercy, un conmovedor retrato de la vida de Bryan Stephenson, el fundador del Equal Justice Initiative, y su cruzada para combatir el racismo en el sistema de justicia penal.

Fundada por el emprendedor en serie Sean Green, ARTERNAL es una plataforma de automatización del mercado vertical para profesionales del mundo del arte que usen soluciones tecnológicas para diversificar el mundo del arte. ARTERNAL espera mejorar las oportunidades a las que tienen acceso los artistas subrepresentados al tiempo que crea una plataforma digital integral para manejar todos los aspectos de una empresa del arte.

Afiche del lanzamiento en teatros
Crédito de imagen: Warner Bros. Pictures

Estamos orgullosos de ser socios de empresas como MACRO, One Community y ARTERNAL, quienes trabajan todos los días para abanderar narrativas y creadores diversos ante la audiencia general. Y hasta ahora estamos empezando. Seguiremos invirtiendo en organizaciones que trabajen para diversificar los espacios artísticos y culturales y amplificar el poder de la narrativa como una herramienta para el bien social. Al exaltar las voces subrepresentadas y silenciadas podemos darle impulso a las fuerzas que se enfrentan a las narrativas que socavan la justicia, al tiempo que dirigimos a las audiencias hacia verdades superiores.

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