Durante los últimos 15 años en Deloitte Luxemburgo hemos estado analizando las tendencias macroeconómicas que transforman al sector artístico y cultural, así como las oportunidades potenciales para el sector de la gestión del patrimonio. Aprovechamos nuestro conocimiento de la industria del ecosistema del arte y las finanzas para crear una gama de servicios que ayudan a la gestión del patrimonio y a las partes interesadas en la cultura y el arte visual en todo el mundo.
En 2011, presentamos el Informe inaugural de arte y finanzas, que explora las oportunidades de negocio que se desprenden de incorporar el arte en las ofertas de servicios de gestión de patrimonio. En 2019, con la sexta edición del Informe de arte y finanzas, comenzamos a explorar el tema de la inversión de impacto y la cultura con uno de los artículos, titulado Reimagine: Supporting the arts, de Fran Sanderson, directora de programas e inversiones en artes de Nesta. Un año después, durante nuestra 13.a conferencia de arte y finanzas, celebramos un panel sobre cultura y ciudades inteligentes y otro sobre cultura e inversión de impacto sostenible, en los que participó Laura Callanan, socia fundadora de Upstart Co-Lab.
En octubre de 2021, publicamos la séptima edición de nuestro Informe de arte y finanzas. Por primera vez, dedicamos todo un capítulo a la cultura, la inversión en impacto social y la sostenibilidad; con un artículo de Fundación Compromiso.
Apoyamos la opinión de que la cultura, la inversión de impacto social y la sostenibilidad existen en la intersección entre la filantropía y la inversión. Este es un nuevo territorio para la industria del arte y la gestión de patrimonio, que proporciona un nuevo servicio para los clientes de los gestores de patrimonio que se centra en el impacto social y la inversión orientada hacia un propósito en el sector del arte y la cultura. También creemos que las finanzas sostenibles, el sector cultural y creativo (SCC) y las estrategias de ciudades inteligentes pueden apoyarse mutuamente.
Como parte del cambio global en las tendencias de inversión sostenible, los actuales financiadores consideran que hacer inversiones sociales es una oportunidad. En la encuesta para nuestro informe de 2021, el 28 % de los coleccionistas y el 31 % de los profesionales del arte identificaron la inversión de impacto sostenible en las artes como el modelo de inversión más atractivo. El porcentaje fue aún mayor entre la población más joven (menores de 35 años), donde el 50 % dijo que los productos de inversión socialmente responsables en cultura eran el modelo de inversión más convincente. Esto implica que los gestores de patrimonio podrían ampliar sus ofertas de inversión sostenible centrándose en el SCC.
Si bien a menudo se considera que el SCC tiene poca relevancia económica, los datos muestran que representa un motor de crecimiento clave en muchos países y es uno de los sectores de más rápido crecimiento en la economía mundial. El SCC también adolece de falta de financiación, lo que obliga a explorar nuevas fuentes alternativas de ingresos y asociaciones y a reconsiderar muchos modelos tradicionales de financiación. A pesar de esto, el SCC todavía tarda en conectarse con los inversionistas de impacto, por lo que resulta difícil proporcionar pruebas de su elegibilidad para este tipo de inversión.
Si el SCC ha de desempeñar plenamente su papel en la sociedad y en el desarrollo sostenible, ha llegado el momento de encontrar mejores formas y modelos para conectar a los inversionistas de impacto con las necesidades de financiación de los sectores. Sin embargo, las organizaciones del SCC deben mejorar la manera en que analizan su rendimiento e impacto. Esto, a su vez, mejorará su transparencia ante las partes interesadas, fortalecerá sus relaciones con la sociedad y potencialmente atraerá a nuevos aliados, inversionistas y donantes.
Los espacios y programas culturales y creativos de una ciudad contribuyen a su vitalidad y atractivo; por lo tanto, el SCC desempeña un papel esencial en las estrategias de ciudades inteligentes. Cada vez hay mayor conciencia de que las ciudades urbanas inteligentes deben combinar tecnología y cultura, porque mejorar la calidad de vida de los residentes requiere conectar e inspirar a las personas más allá de la tecnología. Como declaró el Excmo. Sr. Mohamed Al Mubarak, presidente del Departamento de cultura y turismo de Abu Dhabi, en un artículo publicado en The Economist en 2021 «La cultura y la creatividad impulsarán a las ciudades del futuro».
Con el creciente reconocimiento de que el SCC puede ayudar a las ciudades a ser «más inteligentes», podremos ver cómo los bonos de impacto cultural se convierten en una realidad en el futuro y contribuyen con el desarrollo de una nueva generación de ciudades inteligentes. Estos bonos integrarían con éxito a la cultura y la creatividad en una estrategia de crecimiento urbano inclusiva y sostenible, donde el reembolso de las inversiones culturales y creativas estaría sujeto al impacto social, y no solo al financiero. (Referencia: The creative city dilemma—why creativity can kill cultural vitality and how to raise sustainable creative cities, Pier Luigi Sacco, Professor of Cultural Economics, Rector Delegate for European Projects and International Networks, IULM University, SeniorResearcher, OECD – CFE/LEED; Valentina Montalto, /Policy Analyst, European Commission. 7th edition Deloitte Private & ArtTactic Art & Finance report. p. 183)
¿Podríamos ver un mercado de bonos de impacto del SCC similar al mercado de bonos verdes, sociales y sostenibles, cuyo mercado se estima que ha alcanzado un tamaño de un billón de dólares, según PIMCO? ¿Podrían el Banco Mundial y el Banco Europeo de Inversiones liderar el camino, como lo hicieron con la iniciación del mercado de bonos verdes?
- Al igual que los bonos verdes, los bonos culturales podrían ser instrumentos de renta fija que fomenten la sostenibilidad, diseñados explícitamente para proyectos del SCC que aceleren y sostengan una economía creativa dinámica que contribuya al progreso social.
- Los bonos culturales podrían incluir incentivos fiscales, tales como exenciones y créditos fiscales, para aumentar su atractivo para los inversionistas. Estas ventajas fiscales proporcionarían un incentivo monetario para abordar cuestiones sociales importantes y contribuirían al desarrollo de las industrias creativas.
- Para calificar para el estatus de bono cultural, un tercero – una junta de estándares de bono de impacto cultural – debe verificar que el bono financiaría proyectos que beneficiaron al SCC.
En Deloitte Luxembourg, estamos comprometidos con apoyar el SCC y promover un diálogo innovador que garantice la sostenibilidad de estos sectores a largo plazo.