Liberar el potencial de la cultura a través de la investigación y el desarrollo creativos

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Un nuevo enfoque para la puesta en marcha de la investigación y el desarrollo creativos e intersectoriales ofrece un modelo para la movilización del sector cultural, para que a su vez desempeñe un papel más destacado dentro de la agenda de desarrollo sostenible.

La práctica socialmente comprometida se ha vuelto cada vez más prominente durante la última década en las artes visuales, el performance, el teatro, el diseño y la pedagogía a medida que los artistas e instituciones responden a problemas globales urgentes desde sus contextos locales. La pandemia mundial ha sacado a la luz problemas en torno a la desigualdad social, al tiempo que demuestra el potencial del uso colectivo de la tecnología creativa e Internet para estimular a las comunidades de interés, cambiar las narrativas dominantes y exigir un cambio social. Fue en este contexto que un programa de £ 120 millones de inversión en la economía creativa del Reino Unido reunió a equipos creativos intersectoriales para diseñar y ejecutar proyectos de escala durante un período de dos años. Esa inversión dio como resultado un programa que pone de manifiesto el valor de adoptar un nuevo enfoque de la producción cultural que descentraliza la innovación creativa y dio lugar a iniciativas que podrían comenzar a nutrir un nuevo marco para la puesta en marcha de un trabajo creativo que se alinee con la agenda mundial de desarrollo sostenible de las Naciones Unidas a una escala que previamente no se ha logrado.

UNBOXED: Creativity in the UK fue un programa de comisiones a gran escala que se ejecutó en Inglaterra, Irlanda del Norte, Escocia, Gales y en línea, que se inauguró en marzo de 2022 y duró hasta finales de año. El programa fue financiado y apoyado por los cuatro gobiernos del Reino Unido y ejecutado en colaboración con el Ayuntamiento de Belfast, Creative Wales y Event Scotland. Contó con 10 proyectos creativos importantes, tanto digitales como presenciales en distintos lugares, todos diseñados para ser experimentados por audiencias de forma gratuita, para interactuar con comunidades fuera de las principales áreas metropolitanas en las cuatro naciones del Reino Unido, en lugares que a menudo gozan de menor equipamiento y oferta cultural.

Existe un enorme potencial para generar cambios en la percepción pública sobre cuestiones de desarrollo sostenible cuando la inversión en creadores y organizaciones de base les permite trabajar a escala y en todos los sectores

El proyecto comenzó como un compromiso de financiación de los cuatro gobiernos del Reino Unido para cumplir con dos objetivos: unir a las personas y celebrar la oferta creativa que hace el Reino Unido a todo el mundo. Fue transferido a un órgano independiente del gobierno y con libertad curatorial, gobernado por una junta independiente. A través de una serie de sesiones de construcción de visión y consultas presenciales que abarcaron una sección transversal del sector creativo a través de un recorrido por las regiones en 2018-2019, se estableció la ambición de que el proyecto (que entonces llevaba el título temporal de Festival UK 2022) se centrara no solo en las artes o las industrias creativas, sino que además celebrara la creatividad en todas sus formas. La agenda STEAM (ciencia, tecnología, ingeniería, artes y matemáticas) se convirtió en un principio organizador para reunir a pensadores creativos en todas las disciplinas y fomentar la colaboración intersectorial.

En septiembre de 2020, seis meses después de que se anunciara el primer confinamiento por Covid en el Reino Unido, se lanzó una convocatoria abierta para que los equipos se reunieran en al menos tres de los sectores de STEAM, con una representación obligatoria de las artes. Se requería que cada equipo demostrara un enfoque claro en el fomento de organizaciones, artistas, profesionales y pensadores subrepresentados y emergentes; que incluyera al menos una organización o individuo con experiencia en la ejecución de programas públicos a gran escala; y que incluyera al menos a un miembro del equipo que no hubiera trabajado con ninguno de los equipos antes. Los artistas se reunieron con ingenieros, los músicos con arquitectos, los neurocientíficos con desarrolladores de juegos. En total, más de 120 equipos se postularon.

Los equipos no estaban obligados a presentar ideas de proyectos. Más bien, el objetivo era facilitar la creación de colectivos genuinamente diversos que pudieran extraer aprendizajes de una variedad de sectores y apoyarlos para producir nuevos conceptos; un modelo que resulta familiar para el sector tecnológico en la creación de propiedad intelectual comercial nueva, pero menos común en el sector cultural, donde los creativos necesitan conservar sus derechos artísticos. De las 120 solicitudes, 30 equipos fueron seleccionados para participar en un programa de investigación y desarrollo creativo totalmente financiado, el Creative Studio (una serie semiestructurada de seis semanas de seminarios, talleres, conferencias, sesiones abiertas y consultas, todos celebrados en línea). Al principio, los equipos recibieron un presupuesto de investigación y desarrollo de £ 100 000 y un encargo para imaginar y diseñar un concepto para un proyecto de participación pública a gran escala que fuera abierto, original y optimista; que existiera en espacios reales y/o virtuales en todo el Reino Unido; y que llegara a millones a nivel mundial.

Los ponentes principales, incluidos el músico Nile Rodgers, la escritora Bernadine Evaristo y la científica espacial Maggie Aderin-Pocock, contribuyeron al programa Creative Studio, dotándolo de riqueza e inspiración, mientras que el departamento de investigación y desarrollo de la BBC dirigió el grupo a través de una serie de ejercicios creativos estructurados para apoyar el proceso de generación de ideas, presentando el diseño de productos y técnicas para imaginar el futuro que eran familiares para muchos de los participantes, pero completamente nuevas para muchos más. La cohorte recibió orientación sobre cómo hacer que los nuevos equipos funcionen, cómo garantizar la inclusión en su proceso y cómo innovar con intención.

En lugar de financiar instituciones centrales, el dinero se distribuyó ampliamente entre los sectores creativo y STEM, y más de 500 organizaciones e individuos recibieron apoyo. Los equipos incluyeron a 27 universidades, nueve codificadores, 32 instituciones de ciencia e investigación, 11 organizaciones de personas con discapacidad y más de 100 trabajadores independientes.

Al final del periodo de investigación y desarrollo, los 30 equipos presentaron sus ideas y se seleccionaron 10. Los materiales de los proyectos y los informes de viabilidad de los 30 proyectos se presentaron bajo una licencia de Creative Commons. La intención es que todo el conjunto de este material, junto con la huella digital del programa completo en vivo, se publique libremente como un «patrimonio común de ideas» para apoyar a grupos o individuos intersectoriales para que colaboren en nuevos conceptos creativos.

Un hilo conductor informal pero consistente surgió de este mecanismo de puesta en marcha novedoso e increíblemente ambicioso, así como de la escala de la inversión en el proceso creativo colectivo. Aunque un enfoque dirigido por una misión no había sido parte expresa del encargo, cada una de las comisiones seleccionadas respondió a la provocación del «optimismo» abordando una serie de desafíos humanitarios y ambientales, desde la emergencia climática hasta el legado del poscolonialismo, desde la neurodiversidad hasta los derechos de acceso a la tierra. Una fuerte corriente de activismo surgió en todo el programa a medida que los científicos y artistas formaban coaliciones en torno a objetivos compartidos. La ciencia y la tecnología proporcionaron las herramientas para que el cambio se materializara; la práctica artística socialmente comprometida ofreció la motivación y los valores para impulsar ese cambio. Para los artistas y organizaciones que habían participado anteriormente en el trabajo dirigido por una misión en contextos comunitarios, los presupuestos a escala nacional y la colaboración con otros sectores facilitaron que una explosión masiva de escala ocurriera.

Los 10 equipos exitosos recibieron presupuestos asignados individualmente, y se usó la fórmula de Barnett para determinar la manera de dividir los fondos entre las cuatro naciones; y los proyectos entraron a proceso de producción a principios de 2021.

Cada una de las 10 comisiones busca cambiar la percepción del público al inspirar a la audiencia a pensar de manera diferente sobre la forma en que experimentan el mundo. Algunos han sido más explícitos en sus misiones políticas de pequeña escala, como Dandelion, que tiene como objetivo sembrar un movimiento sostenible y masivo de crecimiento comunitario y regeneración ambiental en Escocia; PoliNations con su deconstrucción explícita de los mitos poscoloniales de la nación; y Green Space Dark Skies con su provocación directa para cuestionar el statu quo en torno a la propiedad de la tierra, los derechos, el acceso y el patrimonio natural.

Pero esa visión de un futuro compartido más positivo está incrustada en todos los proyectos. Dreamachine crea una poderosa experiencia alucinatoria colectiva e individual para las audiencias, al tiempo que contribuye a un cuerpo internacional de investigación sobre la percepción humana, The Perception Census. Al mismo tiempo que producía una iluminación espectacular y un performance de video mapping, About Us apoyó a los jóvenes para usar el poder del lenguaje dentro de sus comunidades para comprender nuestra conexión a través del espacio y el tiempo. El proyecto de Irlanda del Norte Our Place in Space utiliza el concepto del efecto de perspectiva que experimentan los astronautas para generar nuevas visiones y nuevas conexiones entre las comunidades que han salido del conflicto, y ha sido apoyado por el socio internacional de UNBOXED, el British Council, para desarrollar proyectos de colaboración internacional con escuelas en Vietnam y Sudáfrica.

La RSA lanzó una nueva investigación de gran envergadura en 2022 que utiliza las 10 comisiones deUNBOXED como base. Collective Futures se pregunta cómo la imaginación colectiva y la colaboración creativa podrían ayudar a dar forma a mejores futuros para las personas y para el planeta. A través de una convocatoria abierta a la base de datos global de 33 000 becarios de RSA, busca capturar proyectos en todo el mundo con enfoques de creatividad colectiva que trasciendan los modelos institucionales e individuales tradicionales.

A través de esta lente, vistas en conjunto, las comisiones de UNBOXED sirven como un estudio de caso que dialoga directamente con la agenda de The Missing Pillar, un programa de investigación y promoción liderado por el British Council y que busca evidenciar el papel vital de la cultura en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU. En la actualidad, la cultura no se reconoce formalmente junto con los tres pilares del desarrollo (social, económico y medioambiental) pero, como demuestra UNBOXED, existe un enorme potencial para generar cambios en la percepción pública sobre cuestiones de desarrollo sostenible cuando la inversión en creadores y organizaciones de base les permite trabajar a escala y en todos los sectores.

En los sectores creativos, se entiende ampliamente que el potencial de la cultura como herramienta para el desarrollo sostenible está lejos de ser liberado.

Los proyectos a gran escala y de acceso abierto que capturan la imaginación del público pueden transformar el pensamiento de las personas y las comunidades y ayudarnos a construir un futuro más equitativo y sostenible. Pero para que la cultura pueda desempeñar plenamente su papel a la hora de abordar los retos a los que nos enfrentamos, necesitamos más inversión y una mayor exploración de nuevos modelos radicales mediante los cuales se encargan las comisiones, al igual que procesos de investigación y desarrollo que proporcionen espacios para la colaboración, la exploración y la imaginación, con un enfoque en la creación de futuros más positivos.

La creatividad sin propósito es solo vacío